Frialdad
26.5.05
Cayeron las primeras gotas y no se inmutó. Luego vino un chaparrón intenso y nada, seguía tendido ahí, como siempre, a sólo dos cuadras del Palacio de Gobierno “El trago les quita hasta el frío”, comentó con ironía la mujer del quiosco, acostumbrada a que tal episodio despertara en algunos cierta preocupación y lástima.

Me acerqué al hombre en medio de miradas curiosas, vi su rostro inmutable y tome su brazo frío. “Está muerto”, dije. La mujer respondió con tono natural. “Hay que llamar a un carabinero”, y luego le habló a su hijo, señalándome: “Llévale este diario al caballero”.
 
Por Gabriel E. at 14:10 | Permalink


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